jueves, 20 de enero de 2011

LA CIA: LA MAYOR ACCIONISTA DE FACEBOOK ......


Los grandes medios ensalzaron a Mark Zuckerberg como al niño maravilla que a los 23 años se convirtió en multimillonario por el éxito alcanzado por el Facebook, pero no le prestaron atención a la “inversión de capital de riesgo” por más de 40 millones de dólares efectuada por la CIA para sacar adelante la red social.


Cuando el delirio especulativo de Wall Street hizo creer a los incautos que el valor de Facebook ascendería a 15 mil millones de dólares, en 2008 Zuckerberg se convirtió en el multimillonario "hecho a sí mismo" más joven de la historia del “ranking” de la revista Forbes, con 1.500 millones de dólares. Entonces, la apuesta del capital de riesgo invertido por la CIA parecía haber obtenido buenos réditos, pero el “valor” de Facebook se ajustó a su nivel real en 2009 y Zuckerberg desapareció del listado Forbes.

La burbuja Facebook se infló cuando William Gates, el dueño de Microsoft, adquirió en octubre de 2007 una participación del 1,6% en 240 millones de dólares. Esta operación condujo a especular que si el 1% de Facebook costaba 150 millones de dólares, entonces el valor del 100% ascendería a 15 mil millones de dólares, pero el chamullo terminó desinflándose. La cuestión de fondo es que Facebook existe gracias a una inversión de capital de riesgo de la CIA.

En 2009, los grandes medios no escatimaron “propaganda informativa” para rendir culto a Zuckerberg como paradigma del joven emprendedor-triunfador, pero la reiterada difusión de esta “noticia” no logró obtener que la revista “Forbes” lo mantuviera en la versión 2009 de su listado (1). El niño maravilla desapareció de la lista, pese a la intensa campaña de CNN y de la gran prensa mundial que refleja los intereses de Wall Street. La “lista Forbes” es como el Oscar de los grandes negocios e infla o desinfla el valor de las acciones.

La CIA invirtió en Facebook mucho antes que llegara a convertirse en una de las redes sociales más populares de Internet, según una investigación del periodista británico Tom Hodgkinson publicada en 2008 en el diario londinense The Guardian (2) y comentada por algunos medios independientes de habla inglesa, pero sin repercusión alguna en la gran prensa.

La propaganda corporativa convirtió al portal social en sinónimo de éxito, popularidad e incluso buenos negocios. Facebook se presenta como un inofensivo sitio web de redes sociales que facilitan las relaciones interpersonales. Su popularidad hizo especular que sus aproximadamente 70 millones de usuarios aumentarían en un par de años a 200 millones en todo el mundo, porque en sus mejores semanas llegó a recibir hasta dos millones de nuevos usuarios. Empero, el Facebook no convence a todos.

Críticos y detractores

“El que no está en Facebook no está en nada o es antisistémico”, dicen unos. Es como tener una imagen nueva pero sin contenido, para darse importancia en el mall en que se ha convertido Internet, como sustituto de las antiguas plazas públicas, dicen otros. Los más pragmáticos afirman que es una herramienta para re-encuentros con antiguos compañeros de infancia y juventud perdidos en las mudanzas de la vida. Sus defensores de izquierda sostienen que sirve para promover luchas contra la globalización y coordinar campañas contra actividades como las reuniones del G8.

El periodista español Pascual Serrano describió como fue utilizado por el gobierno de Colombia para coordinar la jornada mundial contra las FARC que en 2008 marcó el comienzo de la ofensiva propagandística contra la guerrilla que aún continúa. Y hay mucha evidencia de que Facebook ha sido instrumentalizado por la CIA. Para Walter Goobar, de MiradasAlSur.com, "es en realidad un experimento de manipulación global: [...] es una sofisticada herramienta financiada por la Agencia Central de Inteligencia, CIA, que no sólo la utiliza para el reclutamiento de agentes y la recopilación de información a lo largo y ancho del planeta, sino también para montar operaciones encubiertas".

A grandes rasgos Facebook es una herramienta de comunicación que permite contactar y archivar direcciones y otros datos de amigos y familiares. Es una mina de información sobre las amistades de sus usuarios para entidades como el ministerio de Seguridad de la Patria, de EEUU, y, en general, para la comunidad de inteligencia, abocada con igual entusiasmo al “enemigo” interno que externo desde la era Bush.

Millones de usuarios ofrecen información sobre su identidad, fotografías y listas de sus objetos de consumo favoritos. Un mensaje de parte de algún amigo invita a inscribirse y a participar en Facebook. Los datos personales, que suelen ser capturados por toda suerte de estafadores y clonadotes de tarjetas bancarias, también van a parar a los discos duros de la comunidad de inteligencia de EEUU. El sistema Beacon de Facebook hace seguimientos de los usuarios y asociados, incluyendo a quienes nunca se registraron o a los que desactivaron sus vínculos. Facebook resulta más práctico y rápido que los InfraGard (2), que son 23.000 micro-comunidades o “células” de pequeños comerciantes-soplones organizadas por el FBI para conocer los perfiles psico-políticos de su clientela.

Desde diciembre de 2006, la CIA utiliza Facebook para reclutar nuevos agentes. Otros organismos gubernamentales deben someter el reclutamiento y contratación a regulaciones federales, pero la CIA adquirió más "chipe libre" que nunca bajo el gobierno de Bush, incluso para torturar sin guardar las apariencias. "No es necesario obtener ningún tipo de permiso para poder incluirnos en la red social", dijo la CIA.

Capital de riesgo CIA

Una muy fundada voz de alerta sobre la propiedad CIA del Facebook la entregó el periodista británico Tom Hodgkinson, en el documentado artículo “With friends like these ...” (Con los amigos nos gusta…), publicado en el diario londinense The Guardian el 14 de enero de 2008 (3). Dijo que después del 11 de septiembre de 2001 se redobló el entusiasmo por la alta tecnología que ya tenía capturada a la comunidad de inteligencia de EEUU desde que dos años antes había creado el fondo de capitales “In-Q-Tel”, para oportunidades de inversión de riesgo en altas tecnologías.

Para el periodista Hodgkinson, los vínculos del Facebook con la CIA pasan por Jim Breyer, uno de los tres socios clave que invirtió en esa red social 12,7 millones de dólares en abril de 2005, también asociado del fondo de capital Accel Partners, miembro de los directorios de gigantes como Wal-Mart y Marvel Entertainment y además ex presidente de National Venture Capital Association (NVCA), caracterizada por invertir en talento joven.

“La más reciente ronda de financiamiento de Facebook fue conducida por una compañía financiera llamada Greylock Venture Capital, que puso 27,5 millones de dólares”, escribió Hodgkinson. “Uno de los mayores socios de Greylock se llama Howard Cox, que es otro ex presidente del NVCA que también está en la junta directiva de In-Q-Tel”.

“¿Y qué es In-Q-Tel?”, se pregunta Hodgkinson, “Bueno, créase o no (y verifiquen en su sitio web) es un fondo de capital de riesgo de la CIA”. Creado en 1999, su misión es “identificar y asociarse con compañías que estén desarrollando nuevas tecnologías para ayudar a proveer soluciones a la Agencia Central de Inteligencia”.

La página web de In-Q-Tel (4) recomendada por Hodgkinson es muy explícita: “En 1998, el Director de Inteligencia Central (DCI) identificó la tecnología como prioridad estratégica superior, directamente conectada a los avances de la Agencia en futuras tecnologías para mejorar sus misiones básicas de recolección y análisis. El liderazgo de la Dirección de Ciencia y Tecnología diseñó un plan radical para crear una nueva empresa que ayudaría a incrementar el acceso de la Agencia a la innovación del sector privado". Ni agregándole agua quedaría más claro, dijo Hodgkinson.

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