jueves, 20 de junio de 2013

Caminando puentes: un debate generacional sobre la izquierda (Anguita/Monedero)


Captura de pantalla 2013-06-18 a las 01.46.16Estoy convencido de que no vamos a poder inventar la democracia en España hasta que no hagamos una lectura de nuestra historia compartida. Una revisión del pasado que prepare el futuro común que queremos. Ahí nos vamos a encontrar con muchos reproches a nuestros mayores. Tendremos que elegir: enfadar a los hooligans de la transición (e, incluso, a los sempiternos cómodos -producto emblemático de ese peculiar abandono formal del franquismo que llamamos transición- que ni siquiera la defienden pero que quieren que otros lo hagan por ellos) o quedarnos sin un anclaje histórico donde evoquemos los ejemplos que justifiquen porqué ahora debemos volver a jugárnosla.

Si uno mira hacia atrás en nuestra historia reciente, raro es encontrar políticos con mayor historial de honradez que Julio Anguita. Además, el tiempo le hace mucho bien.

¿Equivocaciones? Claro. Alguna no menor. Pero sin olvidar que Felipe González era (es) el de los gobiernos del GAL, el del vaciamiento industrial de España, el del silencio de la memoria histórica, el del enaltecimiento de Fraga, el de la OTAN, el del general Galindo. El que desindustrializó nuestro país. El que trajo a Aznar. Hoy trabaja para Carlos Slim. Y cobra también de ENAGAS (esa lógica de privatizar empresas y que luego, cuando sales del gobierno, recuerdan el favor y son amables). Uno de los mejores ejemplos hispánicos de político-basura. Qué pareja hace con Aznar. El PSOE le invita, como antiguo Secretario General, a conferenciar como gloria de su partido (siempre para frenar cualquier cambio interno), y Rajoy y el Rey lo convocan para hacer pactos que hundan más a los trabajadores. Anguita cobra de su jubilación después de toda una vida fatigando con sueldos muy modestos (incluso cuando era cargo público). También cuando dejó la política.

Anguita avisó que la Transición era un fraude. Anguita avisó que el Tratado de Maastricht era un fraude. No le ayudaron las maneras. Hoy las ha suavizado. Es más fácil escucharle. Y sabemos que tenía razón. ¿Dónde están los que durante todos estos años hicieron de la transición el emblema del país? ¿Dónde los que acusaban desde sus medios hegemónicos a los que criticábamos el proceso europeo? Miramos a las hemerotecas y dan vergüenza. Anguita no. Lejos de dar vergüenza, escuchar a Anguita siempre brinda buenas ideas.

En el diálogo que ahora publica ICARIA, termina diciendo que no está regresando a la política. Dice que si sirve como referente para animar a otras y a otros a paticipar, ahí está. Ese es su papel en el Frente Cívico.No va a aceptar ningún cargo público. Es un regreso muy generoso. Y lo que ha caracterizado a esa generación ha sido la falta de generosidad.
Aprovechemos este debate y continuemos la discusión.

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