domingo, 14 de julio de 2013

FRML, libertad de crítica y unidad de acción.

FRML, libertad de crítica y unidad de acción.
Artículo/noticia publicado/a en Kaosenlared.net en el apartado de Libre Publicación NO seleccionada/o por el Colectivo Editorial.
Os presentamos el siguiente texto de Lenin como material para invitar a poner encima de la mesa el problema de la relación entre democracia y centralismo, entre lucha de líneas y unidad de acción.
Esta cuestión, que muchos asumen como “evidente”, es tratada de forma errada. Precisamente la crítica que Lenin hace a una resolución del Comité Central del P.O.S.D.R. Es perfectamente aplicable a muchos camaradas hoy en día. Creer que la crítica es algo “interno” y que la unidad es algo “externo” es un error, la forma correcta de plantear la cuestión no se basa en tal dicotomía sino en plantear la relación dialéctica entre unidad y lucha.
Como marxistas desarrollamos la más radical crítica al capitalismo, desde la economía a la ideología, pasando por la política. Sabemos que las cosas no son tan simples como hacerse llamar comunista o postularse con un burgués explotador. Hemos nacido y vivido muchos años en una sociedad basada en el modo de producción capitalista, nos hemos empapado de la cosmovisión asociada a tal modo de producción. Plantear que de un plumazo podemos ser “comunistas de pura cepa” es poco más que un análisis idealista. Mientras vivamos bajo el capitalismo (o en la etapa inferior del comunismo) la cosmovisión burguesa será un fantasma presente a diario en el conjunto de los camaradas. Por lo tanto, plantear la crítica en las organizaciones comunistas no es otra cosa que extender la crítica a la realidad capitalista, a nuestras propias filas. 
Pero además hay otra cuestión a tratar, recordemos las palabras de Marx: “Cierto, el arma de la crítica no puede sustituir la crítica por las armas; la violencia material no puede ser derrocada sino con violencia material. Pero también la teoría se convierte en violencia material una vez que prende en las masas.”(1) ¡He aquí el problema! Cuando nosotros hablamos de crítica lo hacemos en todos los planos, y no desde el punto de vista contemplativo sino transformador. Eso significa que criticar la sociedad capitalista implica superarla, y para ello (no seamos ingenuos, la burguesía no va a dejar las armas por muy justa que sea nuestra crítica en su expresión teórica) hace falta que la crítica se transforme en la crítica de las armas. Y precisamente para que se haga efectiva esta crítica de las armas es necesaria la unidad de los comunistas en primer lugar y de estos con círculos cada vez más amplios de masas posteriormente.

Esta unidad nace precisamente de la lucha, la unidad de acción debe plantearse a partir de una visión del mundo muy próxima entre los camaradas. En la medida en que se plantee la crítica, la lucha de líneas, entre todos los camaradas y se llegue a una postura común (no simplemente de forma estrecha entorno a acciones concretas), se podrá plantear luego una unidad real en acciones concretas y no meramente formal como “pacto de caballeros”. A eso nos referimos al hablar de que la unidad nace de la lucha, esa es la unidad dialéctica entre unidad y lucha. En el futuro trataremos esta cuestión Sin más reproducimos el texto de Lenin, Libertad de crítica y unidad de acción.


Los editores han recibido la siguiente comunicación, firmada por el Comité Central del P.O.S.D.R. 

En vista del hecho de que algunas organizaciones del Partido han lanzado la pregunta de los límites dentro de los cuales las decisiones del Partido pueden ser criticadas, el Comité Central, teniendo en mente que los intereses del proletariado ruso han demandado siempre la mayor unidad posible en las tácticas del P.O.S.D.R., y que esta unidad en las actividades políticas de varias de las secciones del Partido es ahora más necesaria que nunca, expresa:

(1) que en la prensa del Partido y en las reuniones del Partido, todo el mundo debe tener permitida libertad total para expresar sus opiniones personales y para defender su punto de vista individual;

(2) que en los actos políticos públicos los miembros del Partido deben abstenerse de realizar agitación que vaya contra las decisiones del congreso;

(3) que ningún miembro del Partido debe en esos actos llamar a acciones que vayan contra decisiones del congreso, o proponer resoluciones que no estén en armonía con las decisiones del congreso.

(Las cursivas son nuestras, N. de Lenin)



Examinando el contenido de esta resolución, podemos ver algunos puntos extraños. La resolución dice que “en las reuniones del Partido” debe permitirse “total libertad” para expresar las opiniones personales y para criticar (§ 1), pero en “los actos públicos” (§ 2) “ningún miembro del partido debe llamar a acciones que vayan contra las decisiones del congreso”, Veamos lo que se extrae de esto: en las reuniones del Partido, los miembros del Partido tienen derecho a llamar a acciones que van contra las decisiones del congreso; pero en los actos públicos no tienen “permitida” total libertad para “expresar sus opiniones personales”!!

Quienes han redactado la resolución tienen una concepción totalmente errada de la relación entre libertad de crítica dentro del Partido y la unidad de acción del Partido. La crítica dentro de los límites de los principios del Programa del Partido debe ser totalmente libre (recordamos al lector lo que dijo Plejanov sobre este asunto en el Segundo Congreso del P.O.S.D.R.), no solo en las reuniones del partido, sino también en los actos públicos. Esa crítica, o esa “agitación” (pues la crítica es inseparable de la agitación) no puede ser prohibida. La acción política del Partido debe estar unida. Ninguna “llamada” que viole la unidad en acciones definidas puede ser tolerada, ni en actos públicos, ni en reuniones del Partido, ni en la prensa del Partido.

Evidentemente, el Comité Central ha definido libertad de crítica de manera imprecisa y demasiado estrecha, y unidad de acción de manera imprecisa y demasiado amplia.

Tomemos un ejemplo. El Congreso ha decidido que el Partido debe participar en las elecciones a la Duma. Participar en las elecciones es una acción muy definida. Durante las elecciones (como en Baku hoy, por ejemplo), ningún miembro del Partido en ningún lugar tiene el derecho ni de llamar a la gente a abstenerse de votar; ni puede la “crítica” de la decisión de participar en las elecciones ser tolerada durante este periodo, pues ello pondría en peligro el éxito en la campaña electoral. Antes de que las elecciones hayan sido anunciadas, por otra parte, los miembros del Partido en cualquier lugar tienen perfectamente el derecho a criticar la decisión de participar en elecciones. Desde luego, la aplicación de este principio en la práctica llevará en ocasiones a iniciar disputas y malentendidos; pero solo en base a este principio pueden todas esas disputas y malentendidos ser sellados de forma honorable para el Partido. La resolución del Comité Central, por otra parte, crea una situación imposible.

La resolución del Comité Central está errada en esencia y va contra las Reglas del Partido. El principio del centralismo democrático y la autonomía de las organizaciones locales del Partido implican libertad universal y total para la crítica, siempre y cuando no perturbe la unidad en acciones definidas; esto excluye toda crítica que perturbe o haga difícil la unidad en una acción definida por el Partido.


Creemos que el Comité Central ha cometido un gran error al publicar esta resolución entorno a una cuestión importante sin haberla discutido antes en la prensa del Partido y por las organizaciones del Partido; este tipo de discusiones podrían haber ayudado a evitar los errores que hemos indicado.

Llamamos ahora a todas las organizaciones del Partido a discutir esta resolución, y a expresar unaopinión definida sobre ella.

Volna, Nº 22, May 20, 1906.
V. I. Lenin

(1) Karl Marx, Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel

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