miércoles, 30 de abril de 2014

Declaración de la Federación Sindical Mundial sobre el 28 de Abril. "28 de abril, todos los días"



El 28 de abril es un día referente en la defensa de la salud y la vida de la clase trabajadora. Desde que se declarara como día internacional, se ha convertido en un día de recuerdo y homenaje a todas las victimas de accidentes y enfermedades laborales. Pero desde la Federación Sindical Mundial (FSM) consideramos que lo más importante, es que sea un día de denuncia, un día donde visualizar el compromiso y la lucha en defensa de la salud y la vida de la clase trabajadora. Por eso nuestro lema es 28 de abril TODOS LOS DÍAS. Porque todos los días nuestro compromiso debe ser claro y decidido en defensa de la salud y la vida.

Según las estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) todos los años se producen un total de 2,34 millones muertes en el trabajo, 321.000 se deben a accidentes y 2,02 millones de muertes son causadas por enfermedades relacionadas con el trabajo. Lo que supone que cada 13 segundos una obrera u obrero muere como consecuencia del trabajo.

Porque aunque pueda parecer que los accidentes, enfermedades laborales u otras pérdidas de salud relacionadas con el trabajo son fruto de la mala suerte o de la fatalidad, y que suceden como algo intrínseco al propio trabajo. Desde la Federación Sindical Mundial tenemos claro que NO. Las muertes obreras, las enfermedades y/o accidentes no suceden sino que SON CAUSADOS.

Las causas son de sobra conocidas y denunciadas sindicalmente, y tienen que ver principalmente con causas estructurales tales como precariedad, temporalidad, subcontratación, economía sumergida, falta de control, falta de legislación, falta de salud y seguridad social públicas, gratuitas y de calidad, ausencia de derechos labores y representación sindical, explotación, etc. Así como con los riesgos como la exposición a una multitud de agentes químicos peligrosos, cancerigenos, amianto, sílice, ritmos de trabajo, posturas forzadas, movimientos repetidos, manipulación manual de cargas, caídas de altura, maquinaria inadecuada y un largo etc.

En torno a los problemas que nos encontramos, en la mayoría de los casos, resultaría muy sencillo poner las soluciones preventivas, técnicas u organizativas. El conocimiento existe, conocemos los riesgos y conocemos las soluciones para reducir esos riesgos, y a pesar de ello no se hace prevención. Y a pesar de que en cada uno de los estados existen diferencias, en la práctica lo que se encuentra detrás de todas ellas es, la explotación capitalista. En definitiva, un modelo productivo que prima mas el beneficio de la economía de unos pocos por encima de la salud y la vida de los más.

Esta situación no es casual y responde a una de las expresiones más claras que explica la división social en clases y la lucha de clases, es decir, su reflejo en la mortalidad de las poblaciones. La desigualdad social es el rasgo definitorio de la vida en el capitalismo. Sabemos desde muy antiguo que, la pobreza afecta a la salud y que las personas pobres enferman mas y mueren antes que las personas ricas: los pobres vivimos peor y menos tiempo, enfermamos antes que las clases dominantes.

El trabajo es un elemento estructural que determina las desigualdades sociales y de género en la salud. El trabajo, su ausencia, naturaleza y condiciones son elementos determinantes para las condiciones sociales, derechos y estado de salud de la población. El trabajo nunca es neutral en salud, genera salud o genera enfermedad. No se puede ocultar la esencia social de la causalidad vinculada a la explotación laboral, la miseria y la angustia de las clases populares, y a lo largo de la historia solo transformando la estructura social ha sido posible intervenir eficazmente sobre los orígenes de la enfermedad y la muerte.

Y esta realidad es más evidente si cabe, cuando la única salida a la crisis que la burguesía y sus gobiernos han diseñado, es una guerra social en todos los frentes contra la clase obrera y los pueblos del mundo. Y que esa guerra ocultada, sumada a miles de guerras militares y medioambientales en curso implica destrucción, enfermedad y muerte. Es preciso que este bien grabado en la conciencia de clase que cada muerto, cada enferma o inválido son víctimas del crimen organizado del capital, frente al que solo cabe la lucha y la fuerza obrera.

Es por ello que desde la FSM hacemos un llamamiento para que en torno al 28 de abril reforcemos nuestro compromiso en defensa de la salud y la vida de la clase trabajadora; para que sigamos luchando, mediante la resistencia y la conciencia organizada, desde cada estado, cada pueblo o ciudad, desde cada empresa y organización sindical, para construir una alternativa real, para cambiar el rumbo y construir un modelo diferente en defensa de otra vía de desarrollo, donde la salud y la vida de la clase trabajadora sean el eje vertebrador de las políticas y el modelo de relaciones sociales y laborales, una sociedad sin explotación del hombre por el hombre.

EL SECRETARIADO

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