lunes, 10 de octubre de 2016

Un recorrido por la entrevista de al-Assad con la danesa TV2, 6/10/2016. Por Tamer Sarkis

1. Alepo: ayer y hoy. Afectados y responsables. Propaganda y absurdos estratégicos de actuación
Durante la entrevista y ante la preocupación de su entrevistador por la suerte de los afectados por los bombardeos del Ejército Árabe Sirio sobre la sección Este de Alepo, el Presidente ha calificado la ofensiva sobre dicha ciudad como episodio inextricable a la liberación de la íntegra superficie del país, señalando al mismo tiempo a los terroristas como causantes de la situación que afecta a la población alepina. El Presidente añadió que la situación extrema provocada por el asentamiento terrorista en esos distritos urbanos se prolonga ya por años. Tal lapso longevo contrasta con el muy reciente descubrimiento periodístico “occidental” del drama; interés novedoso que –según el Presidente- responde a la adversa situación por la que hoy atraviesan los propios terroristas.
A la pregunta sobre las fotografías de víctimas civiles que han dado la vuelta al Mundo, el Presidente ha respondido lamentando las víctimas inocentes, que hacen que esta guerra, como todas las demás, sea horrible. Evitar al 100% las víctimas de guerra es una quimera bélica. Ha subrayado, de todos modos, el sesgo mediático de una prensa “occidental” que se empeña en representar como blancos deliberados lo que es en realidad un drama humano de afectación no perseguida, mientras esos mismos medios decretan sello de silencio sobre las masacres terroristas –éstas sí: intencionales y sistemáticas- contra la población del Alepo Oeste, y que se suceden a diario con especial ahínco sobre los barrios habitados por quienes los terroristas desean borrar del mapa (armenios, asirios, siríacos, cristianos, etc.).
El Presidente ha señalado lo absurdo de suponer destrucción estatal premeditada de escuelas, hospitales, viviendas, mercados y otras estructuras sociales, no solamente a tenor de consideraciones morales, sino a la vista del error estratégico que comportaría brindar a los terroristas un caldo de cultivo del que aprovecharse y que reclutar. “Hacer eso sería dispararnos a nosotros mismos en el pie”, aclaró. Ante la alegación hipotética que formuló el periodista sobre la autoría rusa de esos ataques, Bashar mencionó la primera consideración criminológica de la que hacer partir cualquier investigación: el famoso Qui bono, o “¿a quién beneficia una actuación tal?”. Agregó que la actuación militar de Estado se ciñe a las leyes internacionales en materia de espacios de inmunidad, lo que excluye de las operaciones a los hospitales y las escuelas, siempre y cuando no hayan sido desalojadas de su funcionalidad civil por los terroristas, para ser re-utilizadas como cobertura de operativos. A los subsiguientes cuestionamientos periodísticos sobre autoría, el Presidente ha animado a cualquier profesional a ir a ejercer su oficio y desvelar “el misterio” registrando con una cámara las centenas de ataques “rebeldes” silenciados. Ha ironizado así sobre la falta de voluntad esclarecedora de quienes nadan como tiburones en la turbiedad de la confusión. “Si estuviera cometiendo la atrocidad de masacrar población civil, no tendría apoyo hoy día y no me habría mantenido como Presidente de mi país durante los últimos seis años; no son Superman”.
Respecto de los twitts enviados con insistencia por la niña Bana Alabed, supuesta habitante de la zona Este de Alepo, el Presidente ha contestado lo erróneo de fundamentar el posicionamiento político propio en base a videos u otras clases de documentos promovidos por los terroristas y/o por quienes apoyan a estos últimos, puesto que eso sería convertirse en un apéndice actorial del juego de propaganda desplegado por actores terceros. El mismo uso terrorista de escudos humanos civiles –incluido niños- no puede convertirse en derrotismo gubernamental en su compromiso constitucional de defender la integridad del país frente a la agresión terrorista/exterior. Una resolución de ese tipo sería entreguismo, no importa lo seductor que para algunos pueda sonar cualquier tentativa a no actuar para evitar así todo riesgo a los escudos. El Presidente ha concluido su razonamiento en esta materia, ejerciendo distinción entre errores de Campaña (que puede haberlos) y una línea de actuación debida a directrices que nada tienen en común con los posibles errores de implementación. Si el error es de exceso, Siria posee instituciones de punición para esos casos (que, por cierto, ya ha empleado con anterioridad).
2. Abandono mercenario/colono/terrorista de núcleos poblados: separar el grano de la paja
Entorno a las concreciones de rendición ya aplicadas en distintas áreas del territorio sirio desde hace años, y de previsible aplicación en lo sucesivo, el Presidente explicó que ellas están presididas por el principio de proteger, a los civiles, de los terroristas. Es a ese fin que el EAS garantiza el tránsito de los terroristas en abandono de las zonas liberadas militarmente. Lo más efectivo desde tal racionalidad, es “permitir” a los terroristas desplazarse a zonas carentes de población civil y pasar entonces a combatirlos sin ese condicionamiento anterior.
El Presidente ha afirmado que, aunque la opción óptima potencial es el alcance de reconciliación en cualquier área del país, liberar la totalidad del mismo respecto de la ocupación no es una opción, o un capricho personal o político, sino, en cambio, un imperativo constitucional, que descansa sobre la Soberanía del pueblo sirio y de la que él, en calidad de mandatario representativo, no puede disentir. Por eso, y a la luz del buen funcionamiento de las amnistías pasadas, se brinda esa posibilidad a los terroristas también en el caso alepino.
3. Quimérica actuación del amo contra sus cachorros: quimera de la “moderación”. El caso de Deir Ezzor
El Presidente ha negado la existencia de voluntad estadounidense a la hora de cumplir un acuerdo con Rusia que incluye el ataque conjunto a al-Nusra, brigadas al uso de los propios estadounidenses (“la carta estadounidense en la arena siria”). Es por ello, ha añadido, que el Gobierno sirio se arrepiente de haber promovido un acuerdo cuyos términos son incumplibles.
La llamada “oposición armada moderada” es un mito –el cuerno en el caballo; el unicornio. Pues los productos de la matriz son inextricables de la matriz misma, llámese Ejército Libre de Siria o, más tempranamente, al-Nusra o Estado Islámico. Eso no es un mito; es la realidad total al seno de cuyas coordenadas los armados van desplazándose, desertando, reingresando, alterando denominaciones… Rusia insiste en que, si existiera oposición moderada, sus avalistas deberían ser capaces de separarla sobre el terreno respecto de “los extremistas”. Esa separación de presencias y actuaciones es quimérica por el simple hecho de la inexistencia de ese espécimen publicitario que es “los destacamentos moderados”.
La escalada imperialista in crescendo ha venido produciéndose desde la ruptura práctica del Acuerdo, por ejemplo cuando los estadounidenses masacraron al ejército sirio en Deir Ezzor, a sabiendas de que el Estado Islámico ocuparía el vacío de efectivos resultante. Ello revela cómo los estadounidenses juegan con todas y cada una de las cartas que pueden resultarles funcionales en uno u otro escenario completo, siendo metafísico separar –y ni mucho menos contraponer- a la moderación “homologada a occidente” respecto del extremismo “sin control y a combatir resolutivamente por occidente”. Refiriéndose a la masacre citada, el Presidente distinguió entre la directriz maquiavélica estadounidense señalando el blanco de ataque, y el error cometido por la Coalición de británicos, daneses, australianos… En tal sentido, la no verificación de los ejecutores no justifica su error, sino que, al contrario, se convierte en acusación de crimen por negligencia. Y, junto con el sangriento crimen inmediato, hallamos el crimen de haber ayudado al Estado Islámico a posicionarse allí donde la población autóctona hallaba hasta aquel momento protección militar siria. Tal funesto seguidismo ciego de la Coalición es el reflejo del servilismo y falta de independencia europeas en relación al Patrón de patrones estadounidense.
4. Imperialismo danés: seguidismo al Patrón atlántico y convergencia con la UE hambreante
En relación a la política danesa sobre Siria, el Presidente ha señalado que la participación de ese país en la Coalición estadounidense (sedicente “internacional”) es un hecho adverso a las leyes internacionales y a la soberanía del pueblo sirio. También se halla en contradicción con la voluntad gubernamental siria desde el momento en que ha eludido cualquier ofrecimiento de coordinación con Siria, que no invitó ni permitió en ningún momento a Dinamarca, a diferencia de lo que sí hizo con Rusia. Pero, más fundamenta aún, el propósito manifiesto de tal intervención parece contradecir el posicionamiento mantenido por los miembros de la Coalición hacia la población siria, sojuzgada a un embargo de años privativo a la entrada de medicinas, equipamiento médico, alimentos, tecnología de seguridad aérea de transporte civil, etc. En tanto que parte de la UE, Dinamarca es parte de esa política severamente privativa.
A la pregunta del entrevistador sobre el derecho de muchos ciudadanos daneses a prestar apoyo a la oposición siria sin por ello declararse enemigos de Siria en tanto que tal, el Presidente respondió si puede parecerle a alguien una definición de “hacer oposición”, el nutrir con dinero y equipamiento a cierta “oposición” con objeto de habilitarla para matar en masa, presionando así hacia una modificación perseguida del funcionamiento institucional y el posicionamiento y objetivos gubernamentales. ¿Aceptaría cualquier danés de a pie que determinados sirios hicieran eso con Dinamarca? “Eso es intervención”, apostilló.
5. Obediencia al mandato popular y compromiso de defensa nacional
A la pregunta sobre acelerar la fructificación de negociaciones asentadoras de un futuro pacífico en Siria, a condición de abandonar su cargo, el Presidente respondió que ello, lejos de estar en su mano, descansa sobre el respaldo que él recibe del pueblo sirio, y que sería traición a su pueblo el desobedecer tal mandato. Si no tuviera tal apoyo, él o cualquier otro en su lugar no tendrían otra senda realista a emprender que la de marchar del gobierno, pues sin el apoyo popular quedarían condenados al fracaso. Añadió que, especialmente en caso de guerra, el Presidente tiene que manejar el timón hasta alcanzar a orilla en lugar de abandonar el barco; justamente porque el país se enfrenta a una guerra.
A la insinuación del entrevistador en relación a su rol como una de las causas de la guerra, el Presidente contesto que, de serlo, la guerra se habría iniciado entonces en 2000 y no en 2011. Pero la diferencia entre ambas fechas estriba en el alud de dinero fluctuante desde Qatar y otros Estados hacia la formación y adiestramiento de la fuerza armada capaz de librar esa guerra. A la interpelación de responsabilidad en la escalada bélica, el Presidente respondió que eso sería declarar que la Agenda estadounidense para Siria se edifica a imagen y semejanza de las necesidades del pueblo sirio, y no es el caso. En relación a la prosecución de la ofensiva de liberación total territorial, el Presidente recordó que esa es su misión delegada, y no su elección política, como también es misión constitucionalmente ordenada para el EAS y para el conjunto de instituciones del Estado. Y, aunque su misión es también la de proteger a la totalidad poblacional civil siria, es un hecho que la amplia mayoría de las víctimas civiles del “conflicto” eran personas que respaldaban al Gobierno, al menos al Gobierno en lo que se refiere a su función defensiva de la Soberanía Nacional e independencia frente a una invasión neo-colonial.
6. Acción militar y acción política: dialéctica entre esferas
“Cuando tienes un problema, tienes la solución. La comprensión misma de la naturaleza del problema guía hacia la solución”. La solución meramente política es ilusoria en el contexto de caos premeditadamente generado por los terroristas, hecho que distorsiona cualquier base material de implementación de políticas. Hay, al contrario, que caminar con dos pies inextricables: la dimensión militar y la diplomático-política. En este comprender-hacer, no es uno mismo quien define el camino a seguir, sino el conjunto sistémico de condiciones existentes. En efecto: solventar la dimensión militar no es algo que pueda hacerse de la noche a la mañana por medio de la acción militar. Los actores exteriores, tanto “occidentales” como “orientales”, implicados en la emisión de armados, deberían detener su actuación. Eso debilitará a sus deudores en Siria, de forma que la definición de una Agenda política (e iniciativas) de solventación pueda abrirse paso. Si la dimensión militar agresora no es marginalizada, entonces será la dimensión política la determinada a marginalizarse.
Tamer Sarkis Fernández
Vicedirector de DIARIO UNIDAD

Acceda al video de la entrevista completa en lengua inglesa a través del link:https://www.youtube.com/watch?v=u3lihkh182I  


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